miércoles, 6 de abril de 2011

EL HERMANO PENITENTE



(Versión de Fernando Madriz Galindo. Existe otra versión de Juan Pablo Sojo, Hijo)

      Los entendidos “facultos” al referirse a ese personaje llamado Hermano Penitente, dice: “todo lo terrorífico que se que se ve en la noche oscura y tenebrosa cuando se invoca al Señor de las Tinieblas, se ve igualmente cuando se invoca al Hermano Penitente”.
      En las noches de tempestad cuando surge el viento y los elementos parecen desatarse en furiosa tormenta, son las elegidas para que los adeptos aspirantes vayan a hacer su pacto con el errabundo Hermano Penitente. Al acudir al llamado la tormenta parece redoblar y es entonces cuando en horrible ruido de cadenas que crujen al romperse aparece la mitológica figura del Hermano Penitente, sangrante y encadenado. En tal momento el devoto aspirante debe tener entereza. Al realizarse el pacto el devoto procede a despedir al Penitente. Pero en la despedida ocurre una rara cosa: por ningún motivo el devoto debe ver hacia atrás, pues de hacerlo sus ojos contemplarán el impresionante espectáculo de ver al Penitente envuelto en llamas mientras se oyen sus quejumbrosos gemidos, en  lastimeros lamentos. Ha habido casos en que el devoto, perdida toda presencia de ánimo, ha ido a dar a la locura consternado al ver semejante drama.
      Si el novicio aspirante sale airoso de ese primer paso queda convertido en un devoto. Casos ha habido en que personas devotas han salvado milagrosamente la vida por su devoción con el Hermano Penitente. Ejemplo: Teniendo que hacer caso a un imprevisto viaje nocturno el viajero devoto ha emprendido la marcha. Durante su viaje ha visto avanzar un grupo de enlutados personajes conduciendo en una hamaca a una persona. Al preguntar: “¿A quién lleva ahí?” han contestado los enlutados personajes: “A Fulano de Tal”, a quien ahora mismo acaban de matar”. El viajero ha interpretado el adverbio de tiempo “ahora” y ha oído su propio nombre pronunciado por aquellos personajes. Ha continuado su camino y la misma escena se ha vuelto a repetir. Ante demostraciones tan palpables de que su vida está en inminente acechanza no lo ha pensado más y se ha regresado. Ha salvado vida gracias a la protección del hermano penitente, su ángel tutelar.

FUENTE: FERNANDO MADRIZ GALINDO
UNA VISIÓN DE BARLOVENTO
Los Teques, Gobierno del Edo. Miranda, Ediciones Casa de la Cultura, pp. 60, 1969.

Recopilación: Adrián Monasterios. Cronista Oficial del Municipio Bolivariano de Brión.

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