jueves, 13 de enero de 2011

INUNDACIONES HISTORICAS DE HIGUEROTE

INUNDACIONES EN HIGUEROTE


A finales de 1700, específicamente en 1771, el Obispo Mariano Marti, realizaba su visita pastoral por tierras de Venezuela y  en lo que se refiere a Higuerote , dicho personaje estuvo en  estas tierras  en 1784;  cito textualmente:
   
El diez y nueve de Febrero de mil setecientos ochenta y cuatro , salió Su Señoría Ilustrísima del supradicho pueblo de Cùpira, y andadas tres leguas se embarcó, y navegó por el mar doce leguas mas o menos hasta el sitio que llaman Higuerote, donde desembarcó en la noche del mismo día, y al siguiente veinte del mismo mes y año salió de aquí, y andadas tres leguas llego a este pueblo de Curiepe”…                                                                                                                                                        

En 1789, los vecinos de Curiepe colocaban su queja, planteando retomar el puerto de Carenero para trasladar sus productos hacia La Guaira, ya que resulta menos oneroso y escabroso, así tenemos:                                                                                      

“Aquí con no poca lástima se registran las bestias ahogadas, los cacaos que deben traerse a las playas con toda sequedad sepultados en medio de sus aguas, quedando en consecuencia invertido mas tiempo del legítimo en secarlos, y últimamente, el consumido en dos o mas días que estos  acaecidos les hacen indispensables para acondicionarlos”

Los pobladores de Curiepe, decían que el camino hacia Higuerote estaba demasiado dañado y reportaban pérdidas, mientras que el camino anterior – vía Carenero – era mucho mas confiable y seguro, al respecto indicaban:

                                            Aquel puerto lo ha regalado la suma providencia felizmente a este valle, poniéndolos casi a orillas con la mayor comodidad, pero como en aquel tiempo no había sujetos destinados en él , al celo del comercio furtivo, su tránsito se vedó enteramente imponiéndose a los que representan la dura obligación de hacerlo a Higuerote, sin embargo de los graves perjuicios, por que se hallaban allí la ronda destinada para aquel resguardo”…                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                
                                                                                                                                                     
La petición anterior fue firmada por los siguientes vecinos de Curiepe o curieperos: Ramón Antonio Castillo, Agustín Antonio



Ruiz, Agustín de la Madriz, Tomás Villegas, José Segundo Romero, Juan José Manzano y María Trinidad Ramos; los cuales concluyeron el texto señalando:

…”dispensar el que los cacaos de este vecindario se conduzcan únicamente por el puerto de Carenero, para de allí hacer su navegación a La Guaira, quedando a cargo de los representantes la ampliación del camino y en caso necesario construcción de almacenes y demás precisiones “.       

Este texto fue dirigido por dichos habitantes a el Teniente de Justicia Mayor José Manuel de Añiz y éste respondió que no podía responder tal petición ya que no era de su competencia, no sin antes reconocer que lo planteado por los pobladores era cierto. Juan Apolinario Fernández, fue quien atendió el caso expuesto y así informaba a su superior:

Es verdad que el tránsito de los frutos por el camino del Aguasal, es gravoso para aquellos vecinos por las razones que exponen, pero los de Capaya, Tacarigua y Mamporal padecen las mismas incomodidades estando aún mas distantes, y estas se pueden vencer con la composición del citado camino que han intentado ejecutar aquellos habitantes, y que pueden convenir los de Curiepe invirtiendo en el costo que habían de ocasionar en la ampliación del nuevo y construcción de los almacenes que pretenden. Esto se lo puedo informar a Vuestra Señoría.”.

  En el año de 1790, específicamente en el mes de Julio, un grupo de connotados hacendados de Curiepe y Capaya se dirigieron al Gobernador y Capitán General planteando el problema de las inundaciones, entre los representantes de estos hacendados tenemos: Teniente Coronel Don Santiago de Ponte, Alférez Real Don Feliciano Palacios y Sojo, Don Diego de Tovar, Don Miguel Monasterios, Don Felipe Rodríguez de la Madriz, Don Diego Plaza y Don Francisco Javier de Longa. En el texto, exponían los problemas que se les presentaban por el camino de El Aguasal, donde informaban de los daños sufridos en  los cultivos y hasta le proponen la colaboración de medio real por cada fanega de cacao transportada y por la carga de frutos la misma cantidad de dinero.
En el mes siguiente, mas propiamente dicho, el 8 de Agosto de 1790, don Francisco Javier de Longa vuelve a insistir en el problema, donde con lujo de detalles describe las penurias y sacrificios a los que están sometidos por las inundaciones, así describe la situación:

“Informe del mal estado en que se halla el camino del tráfico interior de los valles de Capaya y Curiepe…es no solamente malo y perjudicial, sino peligroso y causa de enfermedades, en especial de calenturas por sus pasos cenagosos y por sus atascaderos, principalmente por un largo trecho nombrado Sabana de loro o de Aguasal, constante de tres cuartos de legua, con ocho varas de ancho, y con tal profundidad en la mayor parte que sin embargo de que los hacendados y arrieros han tenido la precaución de destinar para la conducción de sus frutos al mar las bestias mas altas por evitar sus mojadas…aun en esta precaución ya nadan en tiempos de invierno…quedando también a la penosidad de todo este camino los muchos árboles gruesos que caen de una y otra banda…

…”y como esta agua está asoleada y llena de lodo, pudre con mucha frecuencia los aperos de las bestias, teniendo sus dueños el costo de sus continuos renovos…

…”los barqueros se excusan de recibir el cacao, luego que llega a la playa sino se le dan muchas libras de merma, o lo ven abrir y tender al sol en la misma playa por un día o por mas tiempo, según la  mojada con que llega, siguiéndose en esto el entretenimiento de los esclavos, en perjuicio del trabajote las haciendas, o el de los arrieros libres en perjuicio de los dueños de los frutos”…

…”es peligroso y causa de enfermedades por que los de a caballo, para evitar el mojarse, alzan los pies al pescuezo de la bestia, pasando así en esta falsa postura todo el Aguasal”…

…”los de a pie lo atraviesan con el agua al pecho, y aún hasta el cuello, y como regularmente entran, en especial los arrieros, o sudados o con alguna otra disposición no buena para ello, les resultan las enfermedades, principalmente calenturas a que es muy propenso el valle de Curiepe”…

…”el medio seguro a poner fin a tantos males, es que Vuestra Señoría se sirva permitir el uso de franco de otro camino que hay inmediato, y va a otro puerto mas cómodo y proporcionado del mismo valle, nombrado Carenero, y ser de mar muerto de modo que los barcos se mantienen en él sin mas precaución que la de atarse en tierra con una débil cuerda”…
Continúa el texto de Longa informando que el puerto de carenero jamás ha estado libre de embarcaciones, mientras que el de Higuerote sí, y dice que es …”naturalmente malo”… pues los barcos, por lo bravío del mar, deben fondear  a tres cuartos de legua de la playa lo que obliga a llevar en canoas. Para sustentar aun mas sus ideas, agrega, que todos los puntos por donde se extraen frutos en aquella ensenada como son las bocas de Paparo, el Tuy y Cùpira recalan en Carenero, como también lo hacen otras embarcaciones en vía a Barcelona, Cumanà, Margarita y Trinidad.

    Esta es la visión de el Higuerote del siglo XVIII, ahora nos iremos al siglo XX, a finales de 1909, específicamente diciembre. En esos días ocurrió una inundación en Higuerote cuyos signos de importancia fue recabada por la prensa nacional. Las lluvias fueron de tal magnitud que los días  10, 11 y 13 de diciembre el diario El Universal  las reseña:


“Mas detalles de la catástrofe. Higuerote, diciembre 9 de 1909.Las 11 horas, 30’ p.m.
   Señor Director de El Universal.
En medio de la mayor consternación presenciamos anoche los habitantes de este puerto los horrores de una verdadera catástrofe. El empuje formidable de las aguas de los ríos Capaya y Curiepe invadieron totalmente la población, arrasándolo todo con fuerza destructora. Centenares de victimas se encuentran en el mayor desamparo.
Pasada la inminencia del desastre, los suscritos constituidos en junta de Socorro, nos dirigimos a usted suplicándole impetrar  los generosos sentimientos de esa sociedad, a fin de allegar recursos para remediar tanta miseria.
L.M. Fernández, Carlos Mendiri, F. de Guillio, S. Bello Torres, Francisco J. Mendoza, N. Avila.


Lo anteriormente descrito puede decirnos cual sería  el impacto emocional y material sobre la población higueroteña de  principios de siglo XX venezolano.  Le colocaremos ahora, dos notas que también hacen referencia al hecho acaecido en las población de esos tiempos:

“la catástrofe de Higuerote y Río Chico
Higuerote, diciembre 10 , 7 horas p.m.

Todavía corren las aguas por varias calles de la población. Muchas casa socavadas se están cayendo. Es ahora cuando nos estamos dando cuenta del desastre. El comercio y particulares han sufrido pérdidas considerables. La parte menesterosa carece de habitaciones, y da tristeza el especto que presentan las gentes aglomeradas en las aceras de algunas casas”…

“1 p.m.

Anoche estuvo soplando un viento huracanado y los buques abandonaron la bahía, guareciéndose en La Crucecita

En las Memorias de Obras Publicas del año 1910, entre las paginas 322 – 344 se hace mención a que las comunicaciones por Vía férrea quedaron suspendidas y allí el señor Víctor Crassus , en una carta dirigida de fecha 14 de diciembre, le pide a la Primera Autoridad Civil de Higuerote, Américo Spinetti, que no se opusiera a la reparación de los rieles en dicho lugar, los cuales eran urgentes. Es así, como el Ministro de Obras Publicas, J. M. Ortega Martínez, comisionó por oficio del 15 de diciembre de 1909, al doctor Alfredo Jhan Jr. para que pasase a Higuerote y a Río Chico, para que examinara los desperfectos ocasionados por la inundación y establecer las causas de tales inundaciones.
     En el informe se puede observar que las inundaciones son frecuentes, pero que las previsiones no han sido suficientes y que además los sistemas de embaulamiento y los sistemas de drenajes de las aguas o no existían o no eran los adecuados.

     El doctor Alfredo Jhan Jr., estuvo haciendo la inspección entre el 17 y el 24 de diciembre y el día 30 del mismo mes entrega sus conclusiones. A continuación colocamos algunos párrafos de su informe:


“la gran creciente que tuvo lugar a principios del presente mes en la región de Barlovento inundó los pueblos de San José, Río Chico e Higuerote, ocasionando muchos daños, especialmente a esta última y a la línea férrea, que une al puerto de Carenero con las poblaciones nombradas.
     Algunas personas de Higuerote pretendieron ver en la vía férrea la causa de los daños sufridos y esto dio ligar a un motín que impidió a la Empresa del ferrocarril la inmediata reparación de la línea”…

…”la línea del ferrocarril de ninguna manera puede ser causante de los daños que se le atribuyen, toda vez que el enrielado toda vez que el enrielado descansa sobre el piso de la calle principal de Higuerote y apenas sobresalen los rieles sobre el nivel del suelo”…

Mas abajo continúa Jhan, diciendo:

“La causa principal de los estragos debe verse en primer término en los defectuosos cauces de nuestros ríos, debido al abandono y descuido por parte del hombre. Toda la parte baja de Barlovento en la región comprendida entre Río Chico, San José  e Higuerote es un terreno de aluvión, formado por el material que han aportado los ríos y que estos han ido aglomerando a su salida al mar, de ahí su proverbial fertilidad”…  

También dice Jhan que el desmonte en las cabeceras de los ríos posibilita que la venida de las aguas se torne mas violenta.  Además dice que en los últimos 150 años el río Tuy ha tenido tres bocas distintas, producto de la acción del hombre y en lo referente a Higuerote dice:

“En Higuerote, donde los daños han sido mayores que en otros lugares, la catástrofe, fue determinada por la concurrencia de venida de varios ríos y  caños al sitio mismo que ocupa la población y es de temerse que mientras no se corrija el mal en su origen, continúe repitiéndose lo acontecido”…

Existe al Sur y Suroeste de Higuerote un terreno bajo denominado El Aguasal, de varios kilómetros de extensión. Hace cosa de 25 años – en 1884 – algunos agricultores interesados en la irrigación de las sabanas  del Oro, a inmediaciones del Aguasal, desviaron partes de las aguas del río Capaya, antes de su desembocadura en el río Tuy. Las crecientes posteriores encontraron más fácil salida por este desecho y lo ensancharon de tal manera, que este vino a sustituir el antiguo cauce. Desde entonces, y a pesar de los esfuerzos de los mismos, de los autores del desvío, quienes intentaron volver a encausar el río Capaya, este ha dejado de ser tributario del Tuy para venir a alimentar la hoya del Aguasal, la cual a su vez, al rebosarse, desagua en el río de Curiepe, dentro del pueblo de Higuerote (…) resultando de ello toda una avalancha de agua, que encausada por las mismas calles de Higuerote, ha abierto en aquel deleznable terreno dos  poderosos canales, uno de 25 y otro de 80 metros de amplitud y de una profundidad tal, que requieren para su paso el uso de embarcaciones”…

  
   
 
Alfredo Jhan Jr. recomienda construir un desagüe de 10 metros en la boca del Aguasal, así como otro – además de un puente – entre el antiguo y nuevo cementerio de Higuerote, con la finalidad de desahogar por allí los excesos del río Curiepe.
     Al parecer estas recomendaciones las  hicieron a un lado, ya que en 1927 y en 1930 entre los meses de noviembre y diciembre, San José, Río Chico e Higuerote volverían a inundarse. El diario El Universal, en su edición del sábado 26 de noviembre de 1927 hace la reseña:

TORRENCIALES LLUVIAS EN BARLOVENTO


Río Chico y San José inundados. Habitantes sin casas y sin recursos.

Río Chico, 27 de noviembre de 1927.
Señores W. Bustillos, Carlos Crassus, Elena de Ottengo, Luis R. Rodríguez, H.L. Boulton y Ca., doctor J.J. Cornieles, Jesús Ramos N.
A consecuencia de fortísimas lluvias, los ríos Guapo, San José, Río Chico y Tuy se han desbordado. Esta y San José están inundadas y mas de la mitad de ambas poblaciones están sin casa y sin  recursos .Aunque autoridades han socorrido en lo posible  a la parte menesterosa, esta sufre el rigor de esta penosa situación. Ocurrimos ustedes y demás amigos, residentes en esa solicitando recursos a fin de auxiliar pobrecìa. Amigos
Juan B. Casares, P. Lozada R, Ricardo A. Urbina, Constante Capodiferra, J.M. Ramos, F. Lessman, R. E. Crassus, Pedro Aquique, I. Lovera, M. C.  Padilla, Chacìn , Felipe Aquique, E. Sifontes.

Higuerote, noviembre 26 de 1927

Copiosa e incesante viene lloviendo en toda la región de Barlovento. Vientos huracanados han destruido platanales en Curiepe y Flores.
El desbordamiento de las vertientes cercanas hace temer inundación eminente. El señor Francisco A. Brandt, encargado de la Jefatura Civil, toma medidas oportunas para precaver desastres”.


   En las Memorias del Ministerio de  Obras Públicas, se anexa un informe para el año de 1931, la cual decía:


“Informe de Pedro González E., Ingeniero Gerente de la Compañía Anónima del Ferrocarril de Carenero.
El 28 de diciembre próximo pasado una fuerte creciente de los ríos Curiepe y Capaya produjo una gran inundación que abarcó toda la sección Carenero – Higuerote. La creciente fue muy fuerte en Higuerote, y desde el kilómetro 5 hasta el kilómetro 1,500 las aguas pasaron por sobre la vía, quedando solo pequeña secciones fuera del nivel de la creciente.
La destrucción de un estribo del puente “Miguel Flores” sobre el caño “Cirilo” en Higuerote, y su terraplén anexo en una extensión de 25 metros.
Desnivelación de los terraplenes entre Higuerote y Carenero causada por la erosión de las aguas.
El trafico no se interrumpió, pues se hizo con trasbordo en el puente sobre el caño “Cirilo”, invirtiéndose la dirección de los trenes durante dos días (…)el puente que se montara estará  formado por dos vigas doble T de acero con una longitud total de veinte metros, dividida en tres tramos.”


Fuente: GONZALEZ ANTIAS, ANTONIO JOSE
HIGUEROTE  HUELLAS EN LA ARENA…PASOS EN EL TIEMPO…
Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos Nº 82, Colección Francisco de Paula Álamo Nº 11, Los Teques, 2005, pp. 165   
RECOPILACIO: Cronista de Brion, Adrian Monasterios

RESEÑA HISTORICA DE HIGUEROTE

HIGUEROTE.- Editado en 1969.
LOS POBLADORES
 FREDDY BEST GONZALEZ
 El mas remoto origen de los pobladores  de Higuerote esta, según todo parece indicarlo en el intenso mestizaje surgido de la unión del indio precolombino perteneciente al área cultural  de la Costa Caribe y de los Ciparicotos (primeros habitantes de la zona) y el blanco venido a bordo de los barcos de la conquista española, grupo a los cuales se fusionarían con posteridad los negros de procedencia africana llevados a la región para utilizarlos como esclavos en la explotación de las grandes haciendas de cacao de Barlovento.
 El carácter de primeros pobladores de Barlovento atribuido a los indios Caribes lo confirma plenamente el profesor Marco Aurelio Vila,   al señalar:  “…MUCHO ANTES DE QUE LOS CONQUISTADORES LLEGARAN A TIERRAS VENEZOLANAS, HABITABAN EN BARLOVENTO LOS INDIOS CARIBES DE LA COSTA.SE HAN ENCONTRADO RESTOS DE LA CULTURA DE ESTOS ABORIGENES AL CONSTRUIRSE LA CARRETERA DE RIO CHICO AL GUAPO. ESTE HALLAZGO, CONSISTENTE EN CERAMICAS Y HACHAS DE PIEDRA, A MAS DE GRAN CANTIDAD DE CONCHAS DE OSTRAS, PERMITIO PONER EN CLARO QUE LOS INDIGENAS DE BARLOVENTO ESTABAN INTIMAMENTE RELACIONADOS CON LOS ABORIGENES DE LAS ANTILLAS…”
Conforme al análisis de cuantos hacen derivar el origen de la población de Higuerote del mestizaje, antes descrito, la base humana y cultural de los Caribes y Ciparicotos habría sido influida poderosamente por grupos españoles, en particular peninsulares de lengua castellana a los que siguieron isleños de las canarias y vascos entrados a Venezuela con la Compañía Guipuzcoana.
Llegados los negros africanos a Higuerote las características del clima de la región les permitirá adaptarse y reproducirse con gran facilidad, convirtiéndose en el grupo numéricamente predominante.
Sin embargo, el proceso de población de Higuerote, el verdadero proceso de población  de Higuerote es relativamente reciente. En efecto, será mucho tiempo después del arribo de españoles y negros cuando la región recibirá incrementos humanos definitivos, tal el caso de los grupos margariteños que allí se asentaron sobre los que JOSE DE ARANA en su obra BARLOVENTO, comenta:
“…LA MAYORIA DE LOS PUEBLOS DE BARLOVENTENOS  TIENEN UN ORIGEN REMOTO, PERO NO ASI HIGUEROTE. ES ESTA CIUDAD RELATIVAMENTE JOVEN, PUES FUE FUNDADA (ENTENDEMOS POBLADA) EN EL ANO 1858 POR DOS PESCADORES MARGARITENOS  APELLIDADOS SALAZAR Y CARRASQUEL. ESTOS DOS PESCADORES FUNDARON RANCHERIAS EN LAS PLAYAS DE HIGUEROTE Y MAS TARDE FUERONSE CONSTRUYENDO RANCHOS EN TODO EL DESPOBLADO. LOS PESCADORES QUE LLEGABAN DE LA ISLA DE MARGARITA INTERCAMBIABAN SUS PESCADOS CON PRODUCTOS AGRICOLAS QUE VENIAN DEL INTERIOR – CURIEPE PRINCIPALMENTE -  POR LA VIA DEL RIO Y TRANSPORTADOS EN CANOAS. POR LOS ANOS FUE EN AUMENTO ESTA MOVIMIENTO COMERCIAL Y NATURALMENTE AUMENTARON LAS CASAS Y LA POBLACION DE HIGUEROTE…”
Esta relativa juventud de Higuerote, por lo menos como sitio densamente poblado, parece encontrar confirmación en un comentario que al respecto hiciera el BARON ALEJANDRO DE HUMBOLDT ( ano 1799) en su VIAJE A LAS REGIONES EQUINOCCIALES DEL NUEVO CONTINENTE. Escribió  HUMBOLDT:
  “… ENCONTRANDOME AL OESTE DEL MORRO DE BARCELONA Y DE LA DESEMBOCADURA DEL RIO UNARE, EL MAR, HASTA ENTONCES EN CALMA, FUE AGITANDOSE A MEDIDA QUE NOS ACERCABAMOS A CABO CODERA. EL EMBATE DE LAS OLAS SE SENTIA VIOLENTAMENTE EN EL BARCO.MIS COMPANEROS DE VIAJE SUFRIAN MUCHO, MIENTRAS YO DORMIA TRANQUILAMENTE, POR UNA SUERTE BASTANTE RARA, NUNCA SENTI MAREO.  
DURANTE TODA LA NOCHE ESTUVO SOPLANDO UN FUERTE VIENTO. AL SALIR  EL SOL EL 20 DE NOVIEMBRE, HABIAMOS AVANZADO TANTO, QUE TENIAMOS LA ESPERANZA DE DOBLAR EL CABO EN UNAS HORAS Y LLEGAR A LA GUAIRA AQUEL MISMO DIA, PERO EL PATRON TUVO MIEDO DE LOS CORSARIOS ESTACIONADOS FRENTE AL PUERTO, Y CREYO MAS PRUDENTE DIRIGIRSE A TIERRA Y ANCLAR EN EL PEQUENO PUERTO DE HIGUEROTE QUE HABIAMOS YA DEJADO ATRÁS PARA AGUARDAR EN EL LA NOCHE Y PROSEGUIR ENTONCES LA TRAVESIA.
CUANDO SE HABLA DE TIERRA A PERSONAS MAREADAS, YA SE SABE DE ANTEMANO LO QUE VAN A DECIR. DE NADA SIRVIERON LAS CONSIDERACIONES, HUBO QUE CEDER, Y A LAS NUEVE DE LA MANANA DEL 20 DE NOVIEMBRE, ESTABAMOS EN LA DARSENA DE LA BAHIA DE HIGUEROTE. NO ENCONTRAMOS ALLI NI PUEBLO, NI CORTIJO NINGUN. SOLO DOS O TRES CHOZAS, HABITADAS POR POBRES PESCADORES MESTIZOS.
EL COLOR AMARILLO DE SU PIEL Y LA EXTRAORDINARIA ESCUALIDEZ DE LOS NINOS INDICABAN QUE AQUELLA REGION DEBIA SER UNA DE LAS MAS INSALUBRES Y MAS EXPUESTAS A LAS FIEBRES DE TODA AQUELLA COSTA. EL AGUA ES ALLI TAN SOMERA, QUE NO ES POSIBLE DESEMBARCAR NI EN EL MAS PEQUEÑO BOTE SIN ANDAR POR ELLA.
LAS SELVAS AVANZAN HASTA LA ORILLA, LA CUAL ESTA CUBIERTA DE UNA MARANA DE ESAS PLANTAS LLAMADAS RIZOFORAS, AVICENIAS, MANZANILLOS, Y DE LA NUEVA ESPECIE DEL GENERO SURIANA.
A ESTOS MATORRALES Y SOBRE TODO A LAS EMANACIONES DE LOS MANGLARES, SE ATRIBUYE AQUÍ LO MAISANO DEL AIRE.”
Con respecto al posterior movimiento demográfico de Higuerote, partiendo desde las ultimas décadas del pasado siglo, tenemos que en 1878 contaba con una población de 545 habitantes, en 1881 alcanza 632, en 1941 a 1730, en 1950 a 2886, en 1954 a 2800, en 1961 a la cantidad de 3793 personas con permanente tendencia al aumento, lo cual queda ratificado por el hecho de que su actual población se aproxima a los 8000 habitantes.    
En el presente Higuerote es un verdadero mosaico racial con participación de todos los tipos étnicos: blancos, negros, mestizos, mulatos e indios, siendo de observar una reciente y acentuada penetración en la zona de elementos europeos, particularmente de nacionalidad italiana. 
HIGUEROTE.UN NOMBRE CONTROVERSIAL
Tradicionalmente han existido dos teorías o posiciones con respecto al origen del nombre de Higuerote.
Para algunos, los menos, la denominación de Higuerote procede del árbol medicinal higuera o higuerote –higuera grande de la familia de las urticeas-  el cual en tiempos pasados crecía con gran profusión en los alrededores del poblado, mientras que para otros, Higuerote deriva del indio Higueroto o Igueroto, famoso cacique de la región.
Entre los sustentadores de la tesis de que Higuerote deriva del árbol y no del indio, esta JOSE ARANA, quien en su obra BARLOVENTO, consigno:
“NO ES EXACTA LA VERSION DE QUE EL NOMBRE DE HIGUEROTE TIENE SU ORIGEN  EN LAS TRIBUS INDIAS LLAMADAS HIGUEROTO QUE DICEN OCUPABAN EL DESPOBLADO DONDE HOY SE LEVANTA LA CAPITAL DEL DISTRITO BRION. EL NOMBRE DE ESTE MUNICIPIO PROVIENE DE UN ARBOL LLAMADO HIGUEROTE –HIGUERA GRANDE- QUE DA UN FRUTO SIMILAR AL HIGO. ESTA CLASE DE ARBOL ABUNDABA EN LAS CERCANIAS DEL DESPOBLADO”.
Y bien. Mientras así pensó y escribió  José de Arana, por su parte DON ARISTIDES ROJAS  en sus CIEN VOCABLOS INDIGENAS dice que Higuerote es el nombre que lleva el pueblo que esta a Barlovento de Cabo Codera, a orillas de la desembocadura del rio Curiepe y que figura en la historia antigua de Venezuela, comentando que cuando los castellanos comenzaron a saltear esclavos en la costa de Venezuela, que conducían a los mercados de las Antillas, solo en un sitio encontraron hospitalidad franca: en Higuerote, que llamose EL MESON DE LOS ESPANOLES.
Señala ROJAS, además, que con el nombre de higuerote, higuerón, aumentativos españoles de higo, higuera, se conocen varios arboles útiles que pertenecen a la familia de las urticeas, pero de inmediato agrega que Higuerote como nombre de un puerto venezolano nada tiene que ver con higuerote, nombre de un árbol, pues son de origen distinto, para concluir en que:
“HIGUEROTE ES CORRUPCION DE HIGUEROTO, NOMBRE DEL CACIQUE AMIGO DE LOS CASTELLANOS QUE VIVIO EN LAS COSTAS DEL CABO CODERA.”
El profesor MIGUEL ANGEL MUDARRA al abordar el tema nos hace saber que higuerote:
“…ES DE ORIGEN INDIGENA, SENORIO DE HIGUEROTO, QUIEN HABILMENTE DESARROLLO ALLI UNA POLITICA DE TRUEQUE CON LOS ESPANOLES E INCLUSO CON LOS PIRTATAS, CIRCUNSTANCIA QUE HIZO A LA REGION DENOMINARSE  EL MESON DE LOS ESPANOLES…”
Con ROJAS y MUDARRA esta LUIS ALBERTO PAUL, toda vez que contra lo que pudiera parecer por la morfología de la palabra, Higuerote no debe su nombre al árbol medicinal que crece en los alrededores de la población del mismo nombre, y lo debe si al cacique igoroto, señor de las tribus que poblaban el litoral en los albores de la Conquista y quien se hizo celebre no por la ferocidad de que hicieran gala otros regulos de gesta primaria, sino por una mansedumbre que los cronistas de las expediciones peninsulares  se apresuraron a inmortalizar en sus memorias, completando su aseveración en estos términos:
“CON ASOMBROSA LIBERALIDAD, EL CACIQUE PROPORCIONABA PESCA, Y OTROS COMESTIBLES A LOS ARGONAUTAS, SIN PREOCUPARSE MAYOR COSA POR LAS CUENTAS DE VIDRIO Y DEMAS JOYAS DE QUINCALLERIA CON QUE LOS CAPITANES DE SU MAJESTAD ACOSTUMBRABAN CORRESPONDER A LAS FINEZAS DE LOS INDIGENAS. NO SE NECESITA LA AGUDEZA DE ZWEIG PARA DESCUBRIR EN ESTE GOBERNANTE DE PIEL COBRIZA A UN POLITICO HABIL QUE PREFIRIO EL SACRIFICIO DE SUS YUCALES Y QUIEN SABE SI TAMBIEN EL DE SUS MEJORES DONCELLAS, A LOS AZARES DE UNA GUERRA SEGURAMENTE NEFASTA PARA SU TRIBU”.
En fecha reciente, en un trabajo firmado por el promisor estudioso de estas cuestiones, JESUS MARIA SANCHEZ, se lee:
“EL NOMBRE DE HIGUEROTE VIENE DEL CACIQUE IGOROTO, INDIO CON ASCENDENCIA CARIBE, MAGNANIMO Y DADIVOSO, QUE OBSEQUIABA SUS PERTENENCIAS”.
Y, como quiera que no puede existir ningún testimonio más valedero ni más ilustrativo que el brindado por un personaje de la propia época del asunto en debate, nos permitimos transcribir lo que con respecto a Higoroto escribió BARTOLOME DE LAS CASAS:
“EL SENOR Y TODA SU GENTE TUVO GRANDE AMOR A LOS ESPANOLES Y LOS RECIBIAN Y ABRIGABAN EN SUS PUEBLOS Y CASAS COMO SI FUERAN PADRES E HIJOS: Y ACAECIAN VENIR HUYENDO POR LOS MONTES ALGUNOS MALOS CRISTIANOS ESPANOLES DE OTRAS PROVINCIAS O PUEBLOS DE OTROS INDIOS QUE HABIAN SALTEADO Y ESCAPANDOSE DE LAS MANOS DE ELLOS, MUERTOS DE HAMBRE, DESCALZOS Y AFLIGIDOS, Y RECIBIALES EL SENOR HIGOROTO, ABRIGABALOS, DANDOLES DE COMER Y SU CAMA Y LO QUE MAS LE ERA MENESTER CON MUCHA ALEGRIA:  Y  DESPUES DE HABER REFORMADOSY ELLOS DE SU HAMBRE Y TRABAJOS CONVALECIDO, Y SE QUERIAN IR, LOS ENVIABA EN UNA CANOA POR LA MAR A LA ISLA DE CUBAGUA, DONDE ESTABAN LOS ESPANOLES EN SU GRANJERIA, PROVEIDOS DE LOS QUE HABIAN MENESTER.”
Para cerrar con palabras del profesor MARCO AURELIO VILA, a nuestro juicio también útiles al caso:
“EL ABORIGEN CONTABA DENTRO DEL AMBITO MIRANDINO CON CENTROS POBLADOS CUYOS NOMBRES O EL DE SUS CACIQUES, QUEDARON EN LA TOPONOMASTICA ESTATAL. TAL SUCEDIÓ CON CHACAO, PETARE E HIGUEROTE. NOMBRES DE GRUPOS INDIGENAS – GUARENAS, TEQUES – DIERON LUGAR A QUE CONCENTRACIONES HUMANAS MIXTAS, O SEA INTEGRADAS POR INDIGENAS SOMETIDOS Y COLONIZADORES, HEREDARAN DICHAS DENOMINACIONES, DETERMINANDO EL QUE HOY EXISTAN LAS LOCALIDADES DE LOS TEQUES, GUARENAS, ETC.” 

RECOPILACION: Adrián Monasterios. Cronista Oficial del Municipio Brión.

HUMBOLDT EN HIGUEROTE

           El 20 de noviembre al salir el sol nos hallábamos adelantados lo bastante para que pudiésemos esperar doblar el cabo dentro de algunas horas. Contábamos con llegar el mismo día a La Guaira, mas nuestro piloto indio tuvo miedo otra vez a los corsarios estacionados cerca de ese puerto. Parecióle, prudente ganar la tierra, fondear en el puertecillo de Higuerote, que ya habíamos pasado, y aguardar la noche para continuar la travesía. Cuando a personas que sufren de mareo se les ofrece el medio de desembarcar, es seguro qué resolución van tomar. Las exhortaciones eran inútiles y hubo que ceder. El 20 de noviembre, a las 9 de la macana, estábamos ya enrumbados en la bahía de Higuerote, al Oeste de la boca del rio Capaya.
          Ni aldea  ni fundo encontramos allí, sino dos o tres cabañas habitadas por unos pobres pescadores mestizos. Su tez lívida y la flacura extrema de los hijos nos recordaron que este sitio era uno de los más malaricos y malsanos de toda la costa. El mar tiene tan poco fondo en estos parajes, que la barca mas pequeña no puede bajarse a tierra sin andar antes dentro el agua. La selva se adelanta hasta la playa, que esta cubierta de un espeso boscaje de Mangles, Avicennia, Manzanillos, y de una nueva especie de Suriana que los indígenas llaman ROMERO DE LA  MAR, (Suriana marítima).  Es a este boscaje, sobre todo a las exhalaciones de los manglares al que aquí como en todas las demás partes de las Indias, se atribuye la extrema insalubridad del aire. Al desembarcar, aun no bien internados en 15 o 20 toesas, percibimos un aliento insípido y dulzaino, que me recordaba al que despide, en las galerías de las minas abandonadas, ahí donde las lámparas empiezan a apagarse, el maderamen cubierto de Biso coposo. La temperatura del aire se elevaba a 34, a causa de la reverberación de las arenas blancas que formaban una barrera entre los manglares y los arboles de alto porte de los arboles de la selva. Como el fondo es bajo y de una suave pendiente, las pequeñas mareas bastan para cubrir y dejar en seco alternativamente las raíces y parte del tronco de los mangles. Sin duda mientras calienta el sol los palos húmedos y provoca, por decirlo así, la fermentación del suelo fangoso, los detritos de las hojas caídas y los moluscos envueltos en los restos de las algas flotantes, es cuando se forman esos gases deletéreos que logran escapar a nuestras investigaciones. Vimos en toda la costa tomar un color moreno amarillento el agua del mar allí donde esta en contacto con los manglares.
Penetrado de este fenómeno, recogí en Higuerote una cantidad considerable de ramas y raíces para intentar, desde mi llegada a Caracas, algunos experimentos sobre la infusión de leño de mangle. La infusión, hecha en caliente, era de color moreno y de gusto astringente. Mostraba ser una mezcla de materia extractiva y  tanino. El Rhizóphora, el Muérdago,  el Cornejo, todas las plantas que pertenecen a las familias naturales de las Lorantáceas y Caprifoliáceas, tienen iguales propiedades. La infusión de mangle puesta en contacto por doce días bajo una campana con el aire atmosférico, no perdió sensiblemente su transparencia. Se formaba un pequeño deposito coposo negruzco, mas no había absorción sensible de oxigeno. La madera y las raíces del mangle, puestas bajo el agua, fueron expuestas a los rayos del sol. Quería imitar lo que diariamente opera la naturaleza en las costas durante la marea creciente. Se desprendieron burbujas de aire que en doce días formaron un volumen de 33 pulgadas cubicas. Era un mixto de nitrógeno y acido carbónico. El  gas nitroso apenas indicaba la presencia del oxigeno (en 100 partes, 84 de nitrógeno, 15 de acido carbónico que no había absorbido el agua, 1 de oxigeno). Por ultimo, en un frasco de tapa esmerilada hice obrar madera y raíces de mangle fuertemente humedecidas sobre aire atmosférico de un volumen determinado. Desapareció todo el oxigeno; y lejos de hallarse reemplazado por acido carbónico, el agua de cal no indico de este sino 0,02. Hubo aun todavía una disminución de volumen mas considerable que la que le correspondía al oxigeno absorbido. Este  trabajo, apenas esbozado, me conducía a creer que son la corteza y la madera húmedas las que obran sobre la atmosfera en los bosques de mangles, y no la capa de agua de agua de mar fuertemente teñida de amarillo que forma una zona particular a lo largo de las costas. Siguiendo los diferentes grados de descomposición de la materia leñosa, no he observado trazas de este desprendimiento de hidrogeno sulfurado al que varios viajeros atribuyen el aliento que se percibe en medio de los mangles. La descomposición de los sulfatos terrosos y alcalinos y su paso al estado de sulfuro favorecen sin duda ese desprendimiento en varias plantas litorales y marinas, por ejemplo en los fucos; pero mas bien me inclino a creer que el Rhizóphora, la Avicennia y el Conocarpus aumentan la insalubridad del aire por la materia animal que encierran juntamente con el tanino. Estos arbolitos pertenecen a tres familias naturales, las Loranteas, las Combretáceas y las Pirenáceas, en las que abunda el principio astringente, y mas arriba he indicado que este principio acompaña a la gelatina, aun en nuestras cortezas de haya, aliso y nogal.
        Por lo demás, un boscaje frondoso, que cubre terrenos limosos, esparciría exhalaciones nocivas en la atmosfera, aun estando compuesto, de arboles que por si mismos no tienen propiedad alguna deletérea. Dondequiera que se establecen los mangles a la orilla del mar, la playa se puebla de infinidad de moluscos e insectos. Estos animales gustan de la sombra y la luz difusa; hallan un refugio contra el choque de las olas entre ese andamiaje de raíces espesas y entrelazadas que se elevan como un enrejado sobre el ras de las aguas. A este enrejado se pegan las conchas, a los brazos doblados que buscan la tierra quedan colgadas las algas que los vientos y la marea arrojan a las costas. Es de ese modo como las selvas marítimas acumulando un limo cenagoso entre sus raíces, agrandan el dominio de los continentes; mas a medida que ellas invaden el mar, no aumentan casi en anchura, y aun su adelantamiento mismo es causa de su destrucción. Los mangles y otros vegetales con las cuales viven constantemente en sociedad perecen a proporción que se desea el terreno y que ya no están bañados por el agua salada. Sus viejos troncos, cubiertos de caracoles y medio enterrados en la arena, marcan siglos después la vía que han seguido en sus migraciones tan bien como el límite del terreno que han conquistado al océano.
        La bahía de Higuerote posee una situación muy favorable para el examen del cabo Codera, que en toda su anchura se muestra allí, a seis millas de distancia. Este promontorio es más imponente por su masa que por su elevación, la que, según ángulos de altura tomados desde la playa, no me pareció mayor de 200 toesas, siendo el ángulo aparente de 1 25` 20”. Está  cortado a pico por el Norte, el Este y el Oeste. En estos grandes perfiles piensa uno reconocer la inclinación de las capas. A juzgar por los fragmentos  de rocas que se hallan a lo largo de la costa, y según las colinas cercanas a Higuerote, el cabo Codera esta compuesto, no de granito con textura granujienta, sino de un verdadero gneis con textura foliácea. Las hojas son muy anchas y a veces sinuosas (dikflasriger Gnesis); encierran grandes nódulos de feldespato rojizo y poco cuarzo. La mica se halla en pajillas superpuestas, y  no aislada. Las capas mas cercanas a la bahía estaban dirigidas N. 60 E., e inclinadas 80 al Noroeste. Estas relaciones de dirección e inclinación son iguales en el gran monte de la Silla, cerca de Caracas, y parecen demostrar que la cordillera primitiva de este istmo, después que el mar la hubo destrozado o dragado en una longitud de 35 leguas, entre los meridianos de Manicuares e Higuerote, reaparece de nuevo en el cabo Codera y continúa hacia el Oeste como cadena costanera.
        Me han asegurado que el interior de las tierras, al sur de Higuerote, se hallan formaciones calcáreas. En cuanto al gneis, no obraba sobre la brújula. Sin embargo, a lo largo de la costa, que forma una ensenada hacia el cabo Codera y que está  cubierta por una hermosa selva, he visto arena magnética mezclada con pajillas de mica depositadas por el mar. Este fenómeno se repite cerca del puerto de La Guaira; y anuncia quizá la existencia de alguna capa de esquisto anfibólico encubierta por las aguas en las que está  diseminada la arena. Hacia el Norte forma el cabo Codera un inmenso segmento esférico. Al pie  se prolonga un terreno muy bajo que conocen los navegantes con los nombres de PUNTAS DEL TUTUMO y de SAN FRANCISCO.
        Tan hondamente se espantaban mis compañeros de viaje del balance de nuestra embarcacioncilla en un mar en un mar gruesa y picada, que resolvieron seguir por tierra el camino que lleva de Higuerote a Caracas, el cual pasa por un país húmedo y silvestre: la montaña de Capaya al Norte de Caucagua, el valle del río Guatire  y Guarenas. Ví con satisfacción que el Sr. Bonpland prefería esa misma vía, que a pesar de las continuas lluvias y las inundaciones de los ríos, le ha procurado una rica colección de plantas nuevas. Por lo que hace mí, continúe solo, con el piloto Guaiquerí, el trayecto por mar, pareciéndome arriesgado separarme de los instrumentos que habían de servirnos en las orillas del Orinoco.
        Nos hicimos a la vela al venir la noche. El viento era poco favorable, y nos fue muy dificultoso doblar el cabo Codera; las ondas eran cortas y se estrellaban unas con otras. Preciso era haber experimentado la fatiga de un día excesivamente caluroso para dormir en un barquichuelo que singlaba cerrándose con el viento. El mar estaba tanto más alto cuanto que el viento fue contrario a la corriente hasta pasada la media noche. El movimiento general que experimentan las aguas entre los trópicos hacia el Oeste no se hace sentir en las costas bastante a lo vivo sino durante dos terceras partes del año. En los meses de septiembre, octubre  y noviembre sucede con harta frecuencia que la corriente lleva hacia el Este (corriente para arriba) durante quince o veinte días arreo. Se han visto navíos en camino para La Guaira o Puerto Cabello que no podían remontar contra la corriente que se dirigía de Oeste a Este, bien que tuviesen viento en popa. Hasta ahora no ha podido descubrirse la causa de estas anomalías. Los pilotos piensan que son efectos de algunos ventarrones del Noroeste en el golfo de México; no obstante, esos ventarrones son más fuertes en la primavera que en el otoño. Es también de notar que la corriente hacia el Este precede al cambio de la brisa: comienza desde luego a hacerse sentir en tiempo de bonanza, y después de algunos días el viento mismo se va con la corriente fijándose al Oeste. En el transcurso de estos fenómenos no se interrumpe en modo alguno el funcionamiento de las pequeñas mareas barométricas.
        El 21 de noviembre al salir el sol, nos hallamos al Oeste del cabo Codera, frente a Curuao (Caruao).

FUENTE: DE HUMBOLDT, Alejandro
               Viajes a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente.
Recopilacion: Cronista del Municipio Brion Adrian Monasterios